martes, junio 01, 2004

Comunicado Número 2 del Comando Jaramillista Morelense 23 de mayo




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Comunicado Número 2
del Comando Jaramillista
Morelense 23 de mayo

“…El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...”
(Rubén Jaramillo, 1918)

Al pueblo de Morelos
Al pueblo de México
A los pueblos del mundo

Compañeras y compañeros:

Reciban un saludo respetuoso, esperando que nuestro grito de indignación y de protesta haya logrado uno de sus propósitos; traspasar el muro de fría indiferencia que día con día, nos insensibiliza y aísla, hasta volver casi imposible la unidad y la lucha hermanada de todo el pueblo.

Deseamos que nuestra indignada protesta no les haya tomado por sorpresa. Y que nuestra acción la hayan comprendido como una forma de volcar nuevamente la atención sobre los verdaderos problemas que aquejan a la mayoría de mexicanos, ante tanta corrupción, impudicia y represión, producida y reproducida, desde arriba, por el gobierno de los poderosos.
Nosotros, al igual que muchos, no deseamos la violencia, ni como elección ni como destino, pero sabemos por experiencia propia, que en este país cuando alguien se atreve a levantar su voz, cuando alguien se atreve a luchar, cuando alguien se atreve a solidarizarse con el otro para contrarrestar el creciente deterioro en sus condiciones de existencia, cuando alguien se atreve a recuperar el poder de decidir sobre su propia existencia, cuando alguien se atreve a enfrentar honesta y pacíficamente a los de arriba, y llega al extremo de tocar sus intereses, se vuelve objeto de la burla, del desprecio y de la ira fríamente administrada de los poderosos, que sin ningún rubor, sin ningún decoro, se comportan como los amos y señores del universo y disponen con toda impunidad de nuestros recursos, de nuestro patrimonio y hasta de nuestras vidas.
Y cuando los poderosos deciden desatar la represión, la crueldad y el terror contra el pueblo, pasa lo que tantas veces hemos visto, históricamente, en nuestro país: la traición, el encarcelamiento, la tortura, el asesinato, la desaparición forzada, la acción encubierta, la intimidación, la masacre, etc., contra cientos y miles de ciudadanos, luchadores sociales y dirigentes revolucionarios, con el objeto siempre de desarticular la creciente protesta popular y, más recientemente, las redes civiles contra la globalización neoliberal imperialista.
La libertad de expresión y la incipiente democracia en nuestro país sólo la perciben y disfrutan ciertos sectores, más no todo el pueblo. Por ejemplo, los recientes asesinatos de Gregorio Sánchez Mercado, en Morelos, y de Noel Pavel González, en la Ciudad de México, prueban la aplicación en México de la misma estrategia contrainsurgente que aplica el estado terrorista y sionista de Israel contra el pueblo Palestino: se tortura y asesina cruelmente a los luchadores sociales y activistas políticos más destacados para infundir el terror, minar la negociación que se sostiene con los dirigentes y debilitar la lucha popular revolucionaria.
Nosotros queremos decirles que no nos gusta la guerra, que no nos gusta la violencia, pero advertimos que lo que el movimiento popular revolucionario ha logrado, no ha sido suficiente para detener la explotación, la exclusión, la corrupción, la impunidad, el cinismo, la soberbia, la represión y el terror de los poderosos. Y que la incipiente democracia, hasta hoy lograda, ha sido utilizada, por muchos de los que se dicen de izquierda, para apuntalar la estructura del poder capitalista. Y, francamente, esta situación hace que la indignación ya no nos quepa en el pecho.
De ahí que nuestro grito de protesta y rebeldía haya estado dirigido contra el poder capitalista, representado emblemáticamente por las instituciones bancarias privatizadas fraudulentamente por los gobiernos neoliberales. Instituciones que hoy se encuentran en manos del capital financiero internacional, a costa de una mayor explotación y de un mayor empobrecimiento del pueblo mexicano.
Seguramente, nuestra acción de protesta sorprendió a los gobiernos, estatal y federal, así como los capitanes del poder y del dinero - nacional y extranjero - que hasta la fecha, no han sabido, podido o querido entender el sentido ético profundo y la advertencia política de este tipo de protestas y del descontento social cada vez más organizado, reduciéndose a apelar al deteriorado estado de derecho y a amenazar con aplicar toda la fuerza del estado.
Muestra de dicho descontento social fue, sin duda, la valiente y decidida manifestación altermundista que recién se manifestó en Guadalajara Jal., contra los proyectos de “libre comercio” y supuesta democracia que pretende imponer el imperialismo estadounidense, la Unión Europea y las oligarquías criollas de América Latina. En donde la provocación y la brutal represión de que fueron objeto los manifestantes hace patente la necesidad de seguir organizándonos y actuando para responder a la agresión sufrida.
Respecto de nuestra acción de protesta, también se dijeron sorprendidos los políticos de todos los partidos que, salvo honrosas excepciones, se dedicaron a denostar y descalificar nuestra indignada protesta, sin atreverse a reconocer su incapacidad para hacer prevalecer, en el seno de las instituciones republicanas, el interés general por encima de los intereses particulares (espurios y facciosos la mayoría de veces) que cada uno representa.
Simples y contados son los argumentos que por todos los medios de difusión se han encargado de pregonar los grandes empresarios, los funcionarios y los políticos, los intelectuales del poder y algunos que otros honestos despistados, tratando de torcer y deformar nuestra airada protesta, para hacer de ella un acontecimiento irreconocible, despreciable y, por consiguiente, social y políticamente condenable.
Ante esta variada reacción queremos decir lo siguiente:
Primero, que como morelenses y mexicanos consideramos tener el legítimo derecho de recoger y levantar los justos ideales que orientaron la vida y la lucha del agrarista, cooperativista y guerrillero que fue Rubén Jaramillo. Y que esta elección no nos hace menos jaramillistas que las anteriores generaciones que marcharon con Jaramillo y que hoy, pacífica y dignamente, siguen luchando.
Segundo, que es muy claro y categórico nuestro pronunciamiento contra el narco-gobierno del panista Sergio Estrada Cajigal y contra el neoliberalismo y la estulticia facciosa del gobierno federal, como para que se pretenda reducir nuestro accionar a simple cortina de humo, tendida desde el poder mafioso, para reposicionar a Cajigal, desviar la atención sobre su caso e impedir el juicio político que el Congreso local lleva a cabo contra el frívolo señoritingo del poder local.
Tercero, que nuestro accionar constituye una respuesta a la provocación de la pandilla panista en el poder, provocación concretada en el terrorismo neoliberal que ha empobrecido brutalmente a la mayoría del pueblo mexicano, que ha reprimido masiva y selectivamente a los sectores sociales descontentos y que ha excluido de la seguridad social a millones de mexicanos.
Cuarto, que tuvimos el suficiente valor y cuidado para evitar que las detonaciones causaran daños humanos y pérdidas en los bienes de los trabajadores, como para que se pretenda calificar a nuestro accionar de provocación o terrorismo e, incluso, colocar nuestra existencia bajo sospecha.
Quinto, que nuestro accionar tiene por objeto evidenciar y acotar el proceso de militarización y fascistización del régimen neoliberal, acotar la impunidad de los señores del poder y del dinero, advirtiendo y haciendo sentir a los de arriba el poder de la fuerza organizada de los de abajo.
Por elemental justicia, queremos que salga del gobierno el narco-político Sergio Estrada Cajigal y que se vayan con él todos los ineptos, corruptos y delincuentes de su equipo. Por elemental justicia consideramos que no deben volver a regresar el panismo ni el priismo a la presidencia de la república. Por elemental justicia consideramos que debe ponerse término al régimen neoliberal. Por elemental justicia, consideramos que la lucha político-ideológica por la presidencia de la república debe sustentarse en la discusión del proyecto de nación que deseamos, y no únicamente en los perfiles personales y estadísticas mediáticas de los candidatos presidenciales.
Cabe aclarar que no consideramos agotadas, de igual manera para todos, las formas de lucha legales y pacíficas; que no consideramos inútil seguir pugnando por ampliar los espacios democráticos en el país; que no consideramos que dichos espacios deban ser dejados en manos de la derecha recalcitrante ni de las izquierdas domesticadas, o de los autoritarismos neoliberales o populistas, en pugna continua por el poder; que no consideramos que un nuevo proyecto de Nación pueda ser realizado sin el reconocimiento de los derechos y la cultura de los pueblos originarios de nuestro país; que no consideramos que la transformación social profunda y la construcción de un poder ‘otro’ (distinto al que nos domina, explota y excluye), junto con sus procesos autogestivos, autonómicos y democráticos participativos, pueda ser llevada a cabo, de manera excluyente y autoritaria, por una sola fuerza, por una sola organización o por un sólo movimiento, y menos con base en una sola forma de lucha.
Por último, creemos que cada quien debe elegir y cumplir con dignidad, valor y generosidad el papel que dentro de la lucha popular revolucionaria considere necesario y este dispuesto a cumplir. Nosotros ya hemos elegido el nuestro.

Compañeras y compañeros:

Nuestro CJM-23 de Mayo hace un llamado al pueblo de México y a sus organizaciones diversas a impulsar la organización de un nuevo constituyente para dar marcha atrás -desde arriba y desde abajo- a la gran contrarreforma neoliberal de nuestros tiempos y recuperar el sentido popular y revolucionario del constituyente de 1917, combinando la lucha política, la autodefensa popular y la lucha armada revolucionaria.

¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
(CJM-23)

Estado de Morelos, a 29 de mayo de 2004

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