miércoles, junio 16, 2004

En Tlaltizapán, Apología de la contemplación


Alejado de estereotipos estéticos, Samuel Ahuactzin encuentra en lo grotesco la vía para reafirmar una realidad existente. Apología de la contemplación, su obra más reciente, le permite hacer hincapié en el poder expresivo del color y las sombras.
Esta muestra será inaugurada el próximo viernes a las 12 horas en el Museo ex cuartel de Emiliano Zapata de Tlaltizapán, con el apoyo del Fondo Regional para la Cultura y las Artes de la Zona Centro.
Ahuactzin nació en 1975, en la ciudad de Chiautempan, Tlaxcala, donde actualmente radica. Ha cursado diferentes talleres de dibujo, anatomía artística, pintura y composición, todos ellos en la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México; además de talleres de grabado, pintura y escultura, entre otros, los cuales le han sido impartidos en el estado de Tlaxcala, Puebla, Distrito Federal y Oaxaca con maestros de la talla de Alberto Beltrán, Ignacio Maldonado, Hermilo Castañeda, Felipe Ehrenberg y Nunik Sauret, entre otros.
En la presentación del catálogo de al obra de Ahuactzin, Jair Cortés escribe que “la composición de su pintura nos obliga a percibir una eterna correspondencia entre los colores y lo negro; no es la penumbra ni el rojo carmesí lo que triunfa, es la pugna lo que se retrata: cuerpos decrépitos, perros fornicando, el instinto, los rostros deformes por la lujuria, formas agonizantes en medio de cabezas de cerdos, la podredumbre y la sangre”.
Esta serie de óleos al estilo de Rembrandt, Goya y Rubens, se embarcan en la empresa de redescubrir el cuerpo humano y sus pasiones. Ganador del primer Premio Estatal de Pintura de Tlaxcala, Samuel Ahuactizn tiene cerca de 30 exposiciones colectivas en todo el estado y en algunas partes de la República como Oaxaca, Guanajuato, Puebla e Hidalgo; entre las más representativas se encuentra su participación en la exposición colectiva Dos momentos. Plástica de la zona centro.

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