martes, mayo 04, 2004

EXITOSA PEREGRINACION AL HUENTLE
POR Antonio Morquecho

Tlaquiltenango.- Con el objetivo de celebrar la visita del huentle, para rescatar las tradiciones y costumbres del municipio de Tlaquiltenango, el ayuntamiento municipal que preside Roque Molina Salgado, Se realizo la procesión y ofrecimiento de ofrenda en el huentle, el domingo 2 de mayo que partiró a las 8 de la mañana del zócalo de este lugar, y se dirigió a depositar la ofrenda a los aires en el cerro de Santa María “conocida como la cueva de los aires.

Por su parte el cronista municipal Agur Arredondo Torres puntualizo que la visita a este lugar forma parte de la leyenda derivada el lenguaje Mexicano donde proviene, la palabra huentle pertenece al idioma mexicano (náhuatl) y significa ofrenda; en algunas regiones la palabra se deforma como huentli. El término se aplicó a las cosas comestibles que se depositan en los sepulcros de los deudos, en el día de la conmemoración de los difuntos1.

También se le llama huentle, a la ofrenda que se deposita, en algunos lugares escogidos previamente, en fechas que tienen que ver con el calendario agrícola. Según el pueblo de que se trate, el lugar puede ser una cueva, la cúspide de un cerro2, una extensión de terreno o una laguna3 y, como toda tradición, quiso ser erradicada por los españoles, por considerarla pagana. Debido a esto, al igual que otras costumbres, también ha sufrido modificaciones con el transcurso del tiempo; mientras que en tiempos prehispánicos el evento era multitudinario, en el cual participaban varios pueblos4, después de “La Conquista”, los pueblos sometidos se las ingeniaron, parece ser, para enviar a escondidas a una persona seleccionada exprofeso5 y continuar con esta costumbre.

La ofrenda se dedicaba al Dios Tlaloc, Dios de las lluvias, pidiéndole su gracia para que el temporal fuese bueno.

En Tlaquiltenango, Mor., existen dos lugares, plenamente identificados, a los cuales aún se lleva el huentle.Uno lo es “La Cueva Encantada”, en Chimalacatlán y el otro es “La Cueva de los Aires” o “De los Vientos”, en el cerro de “Santa María”, ubicado al oriente de la cabecera municipal. En ambos lugares, la ceremonia tiene que ver con la agricultura y se le pide a “Los Aires” que traigan mucho agua, para lograr buenas cosechas.


La ofrenda consiste en mole verde con carne de polla (léase bien, polla, es decir, gallina virgen) y tamales nejos, acompañados de una botella de aguardiente y cigarrillos sin filtro.
En Chimalacatlan, la ceremonia la preserva el señor conocido como “Don Tato y don Matías Bahena, se introduce a la cueva una doncella, que es quien deposita la ofrenda.

En la “Cueva de los Aires”, la tradición la preservaron los señores Francisco Aguilar, Porfirio García, Maximiano Florencilla y Mateo Primo García. El último en fallecer fue don Mateo y, desde entonces no se ha vuelto ha realizar la ceremonia. El festejo se hacía después del medio día y poco antes de la semana santa pero, la fecha se trasladó al 3 de mayo. Se acostumbraba acompañar a los peregrinos con banda de viento, tecoanes y cohetones; al llegar al lugar indicado, una persona colocaba la ofrenda en el interior de cueva, al pie de una cruz cristiana. En algún momento, la cruz de madera fue cambiada.

Con gran éxito acudieron un gran numero de habitantes del municipio y visitantes de los alrededores, que en el recorrido fueron disfrutando de la expedición, y viviendo parte de la leyenda.

Por otra parte la dirección de seguridad publica monto un operativo especial para que este recorrido estuviera totalmente vigilado para salvaguardar la integridad física de los peregrinos, que al final de este fue sin novedad.

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