sábado, diciembre 18, 2004

Otra vez Zacatepec en problemas (de pastorela):



No entienden, muchachos, que estamos en vísperas de navidad, que la luz de la paz está
cerca, que el Niño Dios está por nacer, y miren, Juanito Bello Ocampo, como el pingo de
las pastorelas, llegó con sus azules, aunque él es de los amarillos, y puso de patitas en la calle a los jugadores azucareros, mientras que el ángel, Salomón Hernández, no aparece por ningún lado para poner en paz a quien se empeña en tomar el papel de Luzbel, según Gerardo Salgado Patiño, quien bien pudiera tomar el papel del Bato de estas tradicionales obras de estas épocas.
Ahí tiene usted que los Marías y Josés (entiéndase, los jugadores) fueron corridos y no les dieron posada, les cerraron el espacio (la casa club) y ahora tienen que andar de lugar en lugar en busca de posadas, sin que, hasta el momento, se encuentren quien les quien quiera dar albergue, aunque sea el clásico pesebre para que puedan procrear un equipo que deje los fracasos que les persigue desde hace 20 años.
Corran pastores, corran, lleguen a Belén, a ver a ese equipo que quiere nacer, pero Juanito Bello se los está impidiendo, está haciendo de las suyas y como los Maderos de San Juan, según Gerardo Salgado, pide pan (que supuestamente le había prometido Gustavo, también según Gerardo) y no le dan, y las horas pasan y el ángel Salomón, parece querer ver los toros (aunque en esa época no eran de lidia) desde la barrera en un nado de a muertito en las heladas aguas de este tiempo.

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