miércoles, julio 27, 2005

Serpientes Y Escaleras

Serpientes y escaleras


Eolo Pacheco

La impunidad es la prima perversa de la corrupción. La impunidad puede llegar a ofender más, incluso, que la corrupción o el crimen. En Morelos hay muchos casos de impunidad. El más reciente, de nueva cuenta tiene que ver con el congreso.

Impunidad
La presunción de que en casa de un diputado se habría cometido una violación es un asunto grave por donde se vea. La sola sospecha de que un miembro del parlamento se prestase para que dentro de su domicilio se cometiera un delito de este tipo es deleznable. Los nombres y las circunstancias en que habría ocurrido este crimen son llamativas por si solas. El lugar, la casa de un representante popular, que no estaría involucrado, debe decirse, en ese ilícito; los agresores: el supuesto hijo de un escritor especializado en temas de superación personal y cuando menos dos sujetos más; la víctima: una dama que labora en el congreso del estado. No es un asunto de nota roja, se trata de un tema que revela la escasez de valores morales, de ética y de hombría. Como siempre, los culpables ya están libres con el apoyo de las instancias gubernamentales.
La historia pudo haber sucedido como muchas que (penosamente) ocurren de forma cotidiana en nuestra comunidad. La diferencia la marcan las figuras y el contexto en que ocurre, la manera en que los funcionarios policiales y de procuración de justicia protegen a los involucrados.
La denuncia la interpuso la dama agredida en su primer encuentro con la policía municipal. Ahí relató los hechos y el abuso de que fue objeto de parte de cuando menos, tres sujetos. Miguel Ángel Cornejo de la Peña, hijo de un conocido autor de libros, a quien la joven acusó de haberla violado. Los oficiales de la policía que tuvieron conocimiento de los hechos los interrogaron cuando ambos estaban en una acalorada discusión en vía pública; ella les relató su viacrucis, por lo que el sujeto fue detenido y remitido a las instalaciones de la procuraduría.
Como siempre que este tipo de cosas se relacionan con sujetos influyentes como puede ser Miguel Ángel Cornejo, la verdad fue maquillada. En primera instancia se dijo (de parte de la afectada) que la violación ocurrió en una casa particular, donde se habría celebrado una fiesta. Fue, dicen, por la supuesta influencia de los agresores, que se habría contactado al titular de la secretaría de seguridad metropolitana y al procurador de justicia del estado, para que desaparecieran datos y nombres del reporte policial y sólo quedó el de uno, quien momentáneamente fue detenido hasta que llegaron a un acuerdo con la ofendida.
No se trata, insistimos, de una historia más de nota policiaca. Hablamos de un hecho a todas luces reprobable (sea quien fuere la afectada), que destaca por los elementos que añade la trama y la forma en que de nueva cuenta se negocia con el poder. Hay documentación oficial que confirma la violación, que detalla el delito y que queda en la impunidad.
Es respetable que la afectada (por la razón que se quiera) prefiera guardar el anonimato y decida aguantarse la pena o el miedo de enfrentar la opinión pública o la embestida de dos juniors acostumbrados a tomar lo que quieren cuando quieren. Lo que no puede seguirse tolerando es que las personas encargadas de las instancias policiales y de procuración de justicia se sigan prestando de tapaderas para este tipo de asuntos, continúen sometiendo la ley y la justicia a intereses repudiables y prefieran callar por conveniencia personal, que proceder en estricto apego a la norma.
La delincuencia tiene muchas caras. La más llamativa es la que todos los días se refleja en las páginas de los periódicos, en los noticieros electrónicos y que destacan (como en este caso) a personajes de la vida pública como actores principales de novelas delictivas. La que están descuidando las autoridades federales, estatales y municipales, es la que ocurre sin que nadie le preste atención, la que afecta al ciudadano común y la que no merece cobertura especial de los medios de comunicación.
La gravedad de la inseguridad está reflejada en diferentes foros, tiene que ver con la mayoría de las expresiones de inconformidad social y afecta a todos. Es grave que se mezcle a funcionarios y ex funcionarios con el narcotráfico y la delincuencia organizada, pero es igual de crítico que poco se haga por resolver el crimen callejero que todos los días agrede a la población en general. Hay una andanada de opiniones vertidas cuando se dice que un gobernador es narco, que un alcalde es ratero o que un diputado es violador, pero poco se aprecia el hecho que a una ama de casa le roben el gasto de la semana en el colectivo, que a una persona le desvalijen su auto, que a una familia le asalten dentro de su casa o que a un joven lo golpeen camino a su trabajo o escuela. Unos y otros son casos graves que reflejan inseguridad, descomposición social y crisis de valores. Los unos merecen declaraciones políticas y defensa de parte de los propios funcionarios; los otros, aunque denuncien, saben que nada va a suceder.
Lo del fin de semana es un caso más de impunidad (la prima perversa de la corrupción). Hablamos de una dama ofendida, ultrajada, que además pudo haber sido amenazada (¿o comprada?) y que por tal motivo decidió no proceder en contra de nadie. Hablamos de pérdida de dignidad, de valores, de moral y de ética de parte de quienes tienen bajo su responsabilidad la representación popular y se presumen como la voz del pueblo. Irónicamente el agresor es un junior cuyo padre es especialista en motivación, en superación y en excelencia (ídolo de Poncho Pedroza, por cierto).
El tema de la inseguridad toca varios aspectos. Uno muy específico es el que tiene que ver con honestidad, con decencia, con respeto y con congruencia. Lo que acabamos de conocer es una muestra más de la degradación a la que pueden llegar nuestras autoridades. Eso sí, cuando se trata de darle un correctivo a un enemigo del sistema, a un ser incómodo para una autoridad o a un elemento molesto para un político (que puede llegar a ser otro político), la policía y sus directivo son más rápidos que un eyaculador precoz.
posdata
Frente a frente, ninguno de los perredistas que andan en campaña por la gubernatura va a poder contra Graco. No porque el tabasqueño sea fuerte (de hecho cada día se ve más deteriorado físicamente), sino por la capacidad marrullera que le caracteriza. A la debacle política de Graco se le puede sumar la habilidad que tiene para aglutinar en torno suyo a otros que se sienten menos que él y que le siguen quemando incienso en calidad de cabeza Olmeca (la forma la tiene). Sí algo se le debe reconocer a Ramírez Garrido es que ha sabido convencer a gentes que parecían más inteligentes (como Julián Vences), que se antojaban menos manipulables (como Guillermo López Ruvalcaba) o que se les advertía un poco más de independencia (como Pedro Delgado). Hoy todos ellos han comprado la idea de que Graco es el último henequén de la tierra y por tanto deben impulsarlo al senado, con Fernando a la cabeza por la gubernatura (por si gana, es manipulable). La suma de todos los valores democráticos aglutinados alrededor de Graco Ramírez es de miedo (parecen una mafia) y su potencial electoral es para poner a pensar a sus rivales (en un buen día y con torta y chesco, entre todos juntan como trescientos). La estrategia del tabasqueño es poner muchos nombres para espantar al rival, decirse operador de Andrés Manuel López Obrador y dedo chiquito (sin albur) de Leonel Cota (otra vez sin albur). Los que lo conocen saben que Graco Ramírez anda en las últimas, que se ha quedado sin trincheras y que busca el senado para no quedarse fuera del presupuesto. La fuerza y capital social que pudiese tener Fernando Martínez se puede venir abajo con la sola presencia de Graco. Más que un buen aliado, hoy el perredista de poco pelo es un lastre electoral. Al tiempo.
nota
Lo de Miguel Ángel Cornejo de la Peña va a ser una nota de relevancia nacional. Se trata del hijo de un prestigiado escritor, amigo de un desprestigiado diputado, que cometió un delito en un (últimamente) poco prestigiado estado. Las preguntas alrededor del tema van a ser muchas y muy constantes. Habrá que cuestionarle a las autoridades municipales el porqué de su apoyo incondicional al diputado (¿Será parte de los acuerdos para la aprobación del préstamo?) Hugo Bello Ocampo (no es procurador, es HBO) deberá ser cuidadoso en el tema, puesto que su figura y nombre (con el slogan va de gane) se perfila como un candidato natural del PRD a cualquiera de las varias opciones electorales que vienen, incluida la de gobernador). El tema es escabroso y los involucrados lo vuelven grotesco. El que se descuide puede anular su futuro político con este tema.

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