viernes, mayo 27, 2005

Desintegración familiar, factor para que jóvenes se dediquen a la pinta indiscriminada de bardas, negocios y casas

Por: Claudia Marino García-Zapata
Tlaquiltenango.- La desintegración familiar es uno de los principales factores para detonar el que jóvenes menores se dediquen a las pintas indiscriminadas de paredes, negocios y sitios varios, a manera de graffiti, señaló el director de Seguridad Pública Municipal de Tlaquiltenango, Antonio Larios Núñez.En el marco del Foro de Participación Ciudadana que organizó el regidor de Educación, Cultura y Recreación de este municipio, Rogelio Ortega Gallardo, donde el primer tema fue el graffiti como un fenómeno y problema social, el concejal advirtió que el problema “ha sido soslayado por el propio presidente municipal Roque Molina Salgado, aún cuando una de las principales avenidas del municipio (avenida Morelos) está tapizada de signos y pintas en comercios, casas y bardas”.Por su parte, Patricia Gómez Ortigoza, subdirectora de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, invitada como ponente para informar de las repercusiones y las acciones que se están haciendo para prevenir el graffiti, manifestó que además de pláticas y capacitación a elementos policiacos, lo importante es que se sepa que “el graffiti ya está tipificado como delito, pues antes era una sanción administrativa que estaba a disposición del municipio sancionar". Ahora, prosiguió la funcionaria, "se presentan a los presuntos responsables ante el Ministerio Público (MP), y dependiendo de la gravedad o situación de delitos acumulables, ya es mayor la sanción, así sean menores de edad, a quienes en todo caso el MP tiene la obligación de ponerlos a disposición en el Tutelar de Menores para seguirles un procedimiento penal".Tanto la funcionaria estatal de Seguridad Pública, como el director municipal de Seguridad Pública, coincidieron en señalar que otro de los problemas que fomentan la impunidad en los jóvenes infractores, es que la gente agraviada no denuncia el hecho y en ocasiones interpone la querella, pero al final conceden el perdón, por lo que “si el denunciante se desiste, ya no se llega a más y el problema continúa”.Por último, el regidor Rogelio Ortega Gallardo, consideró que estos foros deberán de servir, no sólo para que se hagan análisis y discusiones de los problemas que aquejan al municipio, sino para dar soluciones tangibles, comentando que en el caso del graffiti “habría que diferenciar entre lo que es arte y el que no lo es”, y por otro lado “buscar la forma para destinar espacios o muros donde los jóvenes plasmen sus habilidades artísticas, además de generar una conciencia entre los padres de estos jóvenes, que toman el graffiti como pretexto y que a su vez cometen actos de vandalismo”. Terminó señalando que el graffiti es un problema que no se quiere ver como tal y la idea es frenar esa contaminación visual que no es graffiti, "pues yo no veo arte en Tlaquiltenango, sino rayoneos (sic)".

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