sábado, junio 25, 2005


Marisela Sánchez, una historia de impunidad


La gestión de Marisela Sánchez Cortés como dirigente estatal del Partido RevolucionarioInstitucional (PRI)arroja como saldo: impunidad, pues sumuy particular estilo dever y hacer política la ubicó en cuatro años,tras movimientos que lo mismo tomaban alcaldías que paralizaban un estado al bloquear los principales accesos carreteros. Hoy Marisela Sánchez suena al rancio estilo del PRI, ese que el “nuevo PRI” quiere borrar de su pasado pero que hoy, se da cuenta que en mujeres como Marisela Sánchez, ese estilo está másvivo que nunca.
A continuación, enumeramos solo algunos de los episodios en los que el nombre de Marisela Sánchez pero a veces también la presencia de Marisela Sánchez, la ubican como la artífice de estos.
El 19 de septiembre de 2002, Luciano Robledo, entonces secretario general del comité municipal del PRI en Cuernavaca, fue severamente golpeado por un grupo de seudopriístas que trataron por la fuerza, de recuperar la sede estatal del PRI que el grupo de Robledo mantenía en su poder. Díasmás tarde aún convaleciente, el propio Robledo denunció que los golpeadores actuaron por órdenes de la dirigente estatal, quien incluso, según se conoció, ofreció sobornos a los presidentes de los comités municipales para que se “alinearan”.
Apenas un mes más tarde, el 20 de noviembre de 2002, acompañada de unosdos mil campesinos productores de sorgo provenientes de diferentes municipiosdel estado, Marisela Sánchez Cortésprotagonizó una marchay bloqueo en las carreteras federal y de cuota México-Cuernavaca. Su destino era llegar alDistrito Federal para “tomar” las instalaciones de la Secretaría de Agricultura,Ganadería, Recursos Naturales y Pesca (Sagarpa) a fin depresionary exigir un aumento en la indemnización de sus parcelas que resultaran afectadas por la sequía.Fue luego de 28 horas cuando se levantó el bloqueo a las vías de comunicación, sin que se llegara a ningún acuerdo.
Aunquepreviamente ya se había dispuesto un operativo de seguridadpara desalojar a los manifestantes, el cual estaba encabezado por 500 efectivos de la PFP.
El bloqueo,arrojó como saldo ocho personas muertas y 39 heridas, luego de que un autobús de la estrella Blanca utilizó una vía alterna sobre la carretera México-Oaxtepec.
En abril de 2003. Tras la petición reiterada de Sánchez Cortés, la policía estatal irrumpió en el municipio de Temoac para detener a quienes habíaningresado de manera violenta en la presidencia municipaly que presuntamentetenían secuestrado al esposo de la alcaldesa, Mari Paz Barreto. Fueron cerca de 40 los detenidos.
En las elecciones de julio de 2003, luego de la imposición de candidatos de Marisela Sánchez,el PRI perdió las presidencias municipales de Cuernavaca, Temixco, Zapata y Xochitepec que representan el 50% de la votación del estado. Al oriente, zona de influencia de Sánchez Cortés, se perdieron Axochiapan, Jantetelco,Zacualpan de Amilpas, Temoac, Ocuituco, Yecapixtla, Totolapan, además de Cuautla,Ayala, Puente de Ixtla, Zacatepec, Tlaltizapán, Tlaquiltenango, Coatlán del Río y Mazatepec.
Meses más tarde en septiembre de 2003, en el caso Tlalnepantla, Maricela Sánchezseñalópúblicamente el respaldo hacia Elías Osorio Torres como presidente municipal legítimo de Tlalnepantla. Para aquel momento la división del pueblo era notoria. Por un lado, la Comisión de Barrios y Pueblos y por la otra, la Comisión que Busca la Paz y dice la Verdad, alentados por la propia Sánchez Cortés.
El suceso más reciente en el que nuevamente aparece el nombre de Marisela Sánchez comoartífice de un movimiento, es el que tuvo lugar el
pasado 15 de junio de 2005,cuandointegrantes del movimiento “Todos por Yautepec” trataron de tomar de manera violenta la presidencia municipal de ese lugar que encabeza el perredista Agustín Alonso Mendoza; el saldo, un asesinato, el del policía municipal, Juan Carlos Vela Ocampo; el agresor apodado “la chula”, fue el mismo según ha reconocido Luciano Robledo ex secretario del comité municipal del PRI en Cuernavaca, que lo golpeóhace meses atrás cuando trato de hacer frente a quienes pretendían recuperar la sede estatal del PRI, movimiento que él encabezaba junto con ungrupo más de priístas.
Después de cuatro años de gestión, el saldo de Sánchez Cortés al frente de la dirigencia estatal del PRI es la impunidad. Hoy Marisela deja la representación que asumió el pasado 24 de junio de 2001 y su forma de ver y hacer la política, sigue siendo la misma que “el nuevo PRI” trata de borrar de su historia.

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